jueves, 2 de diciembre de 2010

Sonetos de Amor (Willian Shakespeare)


Soneto 7

Levántate temprano y cintempla el oriente.
Cuando la luz su hremosa cabellera,
el hombre al nuevo sol en homenaje ofrece
sus  dos ojos que adoran majestad tan excelsa.

Y cuando escala firme como soberbio joven
rebosante de fuerza y más alto se encumbra,
allá en el firmamento, las pupilas del hombre,
siguiéndolo extasiadas, veneran su hermosura.

Pero llega el cenit y empieza el declive:
como un viejo achacoso con su carro cansado
la espalda vuelve al día.Y entonces ya no siguen
los ojos su carrera y miran a otro lado.

Si alcanzas tu cenit, así será contigo.
¿Quién velará por ti si no tienes un hijo?

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